Lo que más me impactó de él fue su tempestad mental. Su fuerza, su guerra y su paz internas…
Su semblante, su gesto limpio, su mirada lírica parlante y sencilla.
Sí, me impresionó. Es uno de estos poetas que hacen cosas fuera de lo común, que aúnan varias rarezas como para colarse en tus «estanterías».
La primera vez que lo vi, tras leerlo por Instagram e indagar un poco para ver quién era, me recordó un poco a alguien que tuve la suerte de ver en vivo antes de que se marchara, Marcel Marceau. Un grande que me llegó al corazón hace muchos años.
Tengo que decir que además, Diego utiliza magistralmente y con descaro mi figura retórica preferida, la aliteración. En ella basa su sorprendente mundo.
Sube al Tren de la Musa un loco de las palabras, un genio divertido y singular, un mago de las sílabas y las rimas libres…
He decido llamarle el poeta aliterado…
¡Gracias por aceptar mi entrevista! ¡Ha sido todo un placer conocerte!
1- Me pica la curiosidad Diego, ¿has escrito y recitado poesía desde siempre?
La verdad es que no, es un gusto que tardó en despertar. Me gustaría decir de mí que fui un niño con marcadas inquietudes poético-narrativas, pero no fue así. El volcarme a la escritura nació en momentos de crisis interna, como a veces sucede, y fue al venir a Madrid en 2012 desde mi Buenos Aires natal que me centré también en la interpretación.
2- ¿Qué es lo que te inspira? Cuéntame hasta donde tú quieras…
Me inspira lo humano, sobre todo. Lo que emana lo humano, desde lo más ameno hasta lo que nos mina, para decírtelo con las combinaciones de sonidos y sentidos en las palabras que me gustan. Me inspira lo puro e impuro que impera en nuestros poros y que se halla más allá de los ‘peros’ que nos ponemos y le ponemos a la vida. Todo inspira y espira, todo respira, y me inspira llegar a ese hogar, a esa hoguera, a esa pira que respiro, respiras y nos respira.
3- ¿Existe algún lugar que te resulte más evocador de lo normal? ¿Sabrías decirme el por qué?
Cualquier cosa desemboca en algo que evoca. Puede ser una vaca, o lo vacuo, o una boca. De hecho, sí, se evoca en mí ahora la boca de mi chica, María, boca a la que tantas veces me aboco, que me invoca tantas voces y tantos besos me provoca. Ignoro por qué toda parte en un todo desemboca… Quizá porque toda parte porta lo parco y lo puerco, la vida y la parca. Tal vez sí, nuestro arco todo lo abarca y somos una gran arca, un gran parque donde todo aparca.
4- He leído por tu web que probaste con el Slam en Berlín, ¿recomiendas esa experiencia a cualquier poeta?
Recomiendo que quien quiera lo haga, sean cuales sean sus móviles. Al escribir juego con la palabra para romperla o trascenderla, por lo que al ir a Berlín lo que me había propuesto era conectar con el público aún no sabiendo ni alemán ni inglés. Lo que pasó allí fue para mí otra evidencia clara de que cambia la ‘funda’ pero el ‘fondo’ es el mismo. Me costaría reproducirte lo que sucedió allí, pero al final estábamos todos con una sonrisa dibujada aunque no nos hubiéramos enterado mutuamente de nada.
5- También has participado en Poetry Slam aquí en Madrid, no sé si esto se lleva ensayado o es improvisado pero aún así, ¿no resulta complicado disponer tan solo de 3 minutos para expresarte?
La duración de 3 minutos es una de las normas del juego, y lo bonito de jugar a algo es también aceptar las normas o las consecuencias de no seguirlas. Cada cual en ese tiempo se expresa como quiere, ya sea que se trate de algo improvisado o preparado, o más de un texto, mientras durante ese lapso no se utilicen objetos y el contenido sea propio. En cuanto a la complicación de disponer de solo ese tiempo, creo que no es relevante. A veces la limitación activa otros recursos; intentar condensar en 3 minutos lo que se quiere expresar puede resultar enriquecedor.
6- Además, te has atrevido con «Poesía o Barbarie» ¿qué es lo mejor de una jam poética?
Al igual que en el Poetry Slam, las jams de poesía me parecen una buena excusa para coincidir en tiempo y espacio con otras personas y retroalimentarnos. Y dicho sea de paso, alimentar también a los bares que en general las programan, que sin pagar a creadores e intérpretes montan eventos artísticos que muchas veces colman su espacio. Un pequeño llamado de atención con envidia de mi parte, ya que si tuviera un bar tal vez terminaría haciendo lo mismo.
7- Poesía, teatro y música en directo, ¿cómo empezaste a mezclar estas tres maravillas?
Ya traemos todo mezclado. El lenguaje con el gesto, el movimiento con el sonido, lo terrenal con lo etéreo, lo abstracto y lo concreto. Solo vamos poniéndole nombres diferentes a nuestras ramas y manifestaciones. Lo que hago como artista es ir recombinando nuestros elementos, que en definitiva es lo que hacemos todos de modo más o menos consciente o explícito.
8- No paras, monólogos, festivales, recitales, actuaciones ¿dedicas a esto tu vida entera o tienes otras ocupaciones?
Podría estar todos los días de mi vida actuando, pero al menos en mi caso no todos esos días cobrando por ello, lamentablemente… aunque probablemente sea solo la mente la que entabla este lamento. La relación entre arte y dinero podría dar para un largo debate y sugiero no entrar ahora en esos embates. Sí te profiero que en cuanto al venero del dinero no todo es como prefiero, aunque tareas nunca faltan. Numerosos actos con y sin tacto activan nuestra vida; estamos en acti-vida-d, ocupados siempre, ya que de plural vida estamos equipados. Así que ahí voy, como todos, acaparando unas veces y equiparando otras, capeando cuando hace falta y de a poco nuestras capas copando.
9- ¿Cuál es el último libro que has leído?
“Sin mente, sin lenguaje, sin tiempo”, de Emilio Carrillo. La elocuencia de ese autor está muy en congruencia con mi frecuencia, y ha sido muy grata su influencia. A lo mejor somos también eso, afluencias de influencias y frecuencias en congruencia.
10- ¿Te apetece hablarme del tuyo?
Actualmente tengo más presente el que se avecina, “La mente que fragmenta”, que es una invitación a mirarnos más con los ojos de la vida (o de la conciencia) que con los de la mente que nos clasifica y califica, o dicho de otra manera, una invitación a activar o avivar en nuestra vida y nuestra mente su facultad integradora. Al primer libro, “Soliloquios de loco”, le guardo un gran cariño. Vio la luz gracias a una campaña de Crowdfunding, y creo que logró plasmar bien las lecturas de lo humano de aquel entonces. Curiosamente, fueron soliloquios que nacieron no tanto como discursos conmigo mismo sino como un despertar al otro, al encuentro de nuestros cursos.
11- Hablando de soliloquios… en una escala de 1 al 10, ¿cómo de loco estás?
Hmm… es muy relativo. No estoy nada loco, y lo estoy mucho. Soy un locuerdo suelto más en este plurimundo dulcimargo, durisuave y ruguiterso.
12- ¿Cómo es un lunes cualquiera en tu vida?
Puede serlo igual que un jueves o un domingo, según el oleaje del momento. Lo que sí no me da tregua es mi despertador biológico, que ya sea día de semana, fin de semana o feriado me sienta a escribir a las 5 o 6 de la mañana.
13- ¿Qué es lo más extraño que has visto nunca?
Una extra Ñ. Con esta extraña respuesta lo que quiero decirte es que me sorprende lo que la vida, el ser y el lenguaje entraña. Me parece excepcional su hálito insólito, su radícula ridícula, su simbiótica estrambótica y su ordinariez extraordinaria.
14- ¿Y lo más bello?
¿Un valle de donde todo bulle? ¿Un mundo sin vallas?
15- Vamos a fantasear un poco, si te encontraras al genio de la lámpara, ¿qué tres deseos le pedirías?
Que diluyera el tumor del temor y las divisiones en las visiones para entrar en mayor contacto con nuestra unidiversidad. Y le pediría Amarettis, unas galletas italianas que me gustan mucho.
16- Si tuvieras que elegir a tres animales para llevarte de viaje, ¿a cuáles elegirías?
Sigamos fantaseando… Un tigrefante, un hipopodrilo y un chimpangrejo.
17- ¿Qué lugares te gustaría visitar con calma y mucho tiempo por delante?
Visitaría con calma el lugar donde residen nuestros colmos: nuestra alma. Y de poder elegir, lo haría en la montaña, que me tiñe y atañe mucho. Elegiría visitar muchos lugares, pero no sé si para eso me alejaría… Me pregunto qué elijo, qué alejo, qué alojo, y cuál será nuestra alhaja… Quizá nuestro mayor lujo es tener un ojo que elige… aunque no elijamos lo que alojamos aún cuando de ello a veces nos alejamos. Sea como fuere, sí, quisiera conocer, co-nacer con todo lo que me rodea y rodeo… Y a lo mejor empezaría por la India.
18- ¿Con qué tipo de personas sueles encajar mejor?
La que no se encaja en quejas, por ejemplo. Juegos de palabras aparte, me atrae la gente empática y… aceptiva (desconozco el adjetivo de aceptar). Siento que en mayor o menor medida estamos siguiendo ese camino, el que va del rechazo a la aceptación, de la separación a la unidad, y me atrae la perspectiva de ir conectándome y articulándome cada vez más con todo tipo de personas.
19- ¿Qué es lo que más te gusta hacer en el mundo?
Hmm… Estoy por descubrirlo. Mientras tanto, me gusta descubrir y compartir. Podría ser eso lo que más me gusta, descubrir para compartir y compartir para descubrir.
20- Hablas de la vida, de la percepción, de la consciencia, del ahora, de cómo andamos de dormidos los humanos… ¿Cuándo y cómo despertaste tú?
Sigo dormido, pero como todos voy abriendo de a poco mis cerrojos, y lo hago con poesía cuando a través del vaho veo que somos sumas, reflejos de flujos de ojos…
Si quieres seguir a Diego por la red, puedes encontrarle en su web, diegomattarucco.com y en somossumas.com.
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