Hoy comparto contigo algunos versos de una joven poetisa que conocí hace pocos meses, su nombre es Dayra Betsabé Lanza.
Nació en Tegucigalpa en 1999. Me cuenta que su gusto por los libros comienza gracias a sus padres que le compraban libros desde pequeña y le enseñaron a leer a la edad de 3 años. Su inspiración es su tío, Raul Lanza Valeriano, quien fue un periodista y escritor de su país.
Escribió su primer poema a la edad de 12 años, la poesía fue el camino a su desahogo y. Ahora mismo cursa la carrera de psicología y está trabajando en la publicación de su poemario.
Es por ello que la invité a subir a este tren y compartir aquí algunos de sus poemas para darla a conocer.
Sin más, te dejo con ellos para que los disfrutes:
Delirios
Hay murmullos por las calles,
seguidos de miradas penetrantes
que me persiguen como perros de caza día y noche.
A la edad de siete años me habían cosido la boca,
porque la magia que salía de mi mente
solo podía ser liberada en libros que nadie lee.
Y es desde entonces donde veo esa sombra de recuerdos en la oscuridad,
emitiendo carcajadas fuertes en mi oído derecho
rasgando mi espalda y llenándola de sangre.
Ella dice que no puede verte,
que quizá te escondes detrás de la repisa;
que cubra mis heridas con gasas blancas
y cierre los ojos mientras reposo en su regazo…
Ellos me escuchan pero no entienden,
mi garganta se llena de gritos ahogados,
mientras ellos yacen en la habitación de abajo.
Muerto desde los diez,
arrullado por los mismos brazos que juegan con mis entrañas
y las esparcen por el suelo.
Me sostengo con un hilo de mentiras desde los ocho,
hilo que corto poco a poco…
Y luego caigo,
mientras las sombras del pasado me ven desde la oscuridad
Y solo se desvanecen,
así como lo que fuí,
así como lo que nunca seré porque no se me permitió.
¿Qué será?
¿Qué será de nosotros?
Estamos tan lejos,
a veces tan cerca,
a veces tan perdidos en los rincones oscuros del otro.
Te vas vos,
o me voy yo
pero, aquí no hay intermedios.
A veces, llevo conmigo un pequeño trozo de esperanza en el bolsillo,
quizás logre remendar algo que vos rompiste
digo, que ambos rompimos.
A veces me siento en la silla,
al lado del cuarto en donde compartimos todo,
en donde nuestro cuerpo era uno;
suelo derramar sangre cerca del suelo en donde estás sentado,
para que te fijes que aún sigo aquí,
pero vos estas tan ensimismado en tu nueva vida,
que poco a poco me olvidas.
Estamos tan lejos,
que las mariposas en mi estómago se asfixian
porque ya no les llega aire,
estamos tan cerca que aún siento tus dedos deslizándose por mi espalda.
Estamos tan rotos,
que vos no te das cuenta que tu mente está nublada con neblina del pasado,
y que yo aún tengo temor por las noches de abrazos y risas.
Estamos tan perdidos,
que yo no sé qué hago esperando señales de fuego en donde solo hay cenizas
y que vos no sabes qué camino tomar porque izquierda es tu neblina
y derecha un camino que quieres recorrer.
Y si aquí no hay intermedios,
y si estamos tan lejos, tan rotos, y estamos perdidos,
¿Qué haces vos esperándome?
¿Qué hago yo sin moverme porque se que me esperas?
Eres suspicacia
¿Cómo creerte?
¿Cómo creer que el amor existe?
Para mi siempre fue un desconocido,
Que por mucho tiempo hurto la luz en mis ojos.
Un desconocido que al marcharse hurtaba todo y no dejaba rastro;
Así como vos, que te estas llevando mis mejores sonrisas sin que yo pueda detenerte, sin sentirme capaz de seguir tus huellas.
En mi cuerpo no hay fuerzas para flotar en otro mar de mentiras.
Ni para perseguirte hasta otra isla que para mí estaría vacía.
Y te lo digo ahora, y seré insistente:
«No te creo. No quiero ahogarme en aguas turbias y frívolas, ni perecer en otro embalse de ilusión»
Somos pecado
Estoy bañada con tu sangre
que emana el olor de tus pecados.
En la completa insanidad con la soga al cuello
emitiendo gritos que me llevan a la extenuación de mi eterno
deseo por abandonar esta cárcel.
Conocerte fue una mentira
que le relate a mi cerebro
para que pudiera dibujarte en mi mente y rellenarte de colores cálidos ya que así el calor llega al resto de mi cuerpo.
Y ahora que estás dibujado en mi mente,
me volvi prisionera
del arte y la espuria;
soy amante del engaño
adorando la mentira
y siendo causa
del desconsuelo
en esos corazones
que dejamos rotos.
Quiero salir,
pero ya soy parte
de vos.
Ele, no es mía.
Ele, baja sus bragas y deja la puerta entreabierta
al sentir mi perfume por los pasillos del edificio rojo.
En las tardes silvo y tocó dos veces la puerta…
《Te amo》susurra en mi oído.
Palabras que yo fácilmente digo y que en ella es aire nada más.
Ella tiene la manía de besarme y hacer mis labios sangrar,
De tocarme la espalda y enterrar sus largas uñas en mi piel.
《Solo un tonto podría amarte, Ele, a vos y a tus caderas inexistentes》.
Si, ella tiene sellos en el cuerpo,
por todos lados
mil sellos que a mis ojos estremecen.
Quien diría que ese tonto sería yo…
Ele, no es mía, Ele, jamás será de alguien
y al salir el sol desaparece como mis pensamientos de una vida con ella.
Estoy tan orgullosa de mi amiga ♥️ desde que me los enseñaba en la universidad sabía que iba a triunfar y estando hoy publicando algunos versos de los muchos que ha escrito ♥️ te amo Dayra soy una amiga orgullosa de vos
¡Qué bellas palabras! Tenemos que apoyarnos las unas a las otras para que las letras que nacen desde el corazón, lleguen a los de otras personas. Nunca dejéis de estar unidas, la amistad es un potentísimo combustible para creer en nuestra creatividad y apostar fuerte por nuestros sueños.
Un abrazo