Existen sueños imparables, sueños que nutren, que no frenan…deseos incansables que ilusionan e incitan a crecer por dentro…
Ilusiones alcanzables que no temen ser cazadas, que están ahí para ser saboreadas y digeridas.
Fuentes cristalinas de saber y de beber, que hidratan las ideas y las miradas.
Sonrisas que cautivan, que enternecen y condicionan para bien. Para sanear, incluir y unir las mentes y los corazones tenaces.
Existen brazos que acogen y que acunan, que duermen los sueños de los que necesitan dormir y el descanso provocado inunda entonces cada célula en reposo.
Palabras que proveen, que refuerzan, que sustentan pensamientos que alteran el rumbo. Alimentan para poder continuar el viaje sin desfallecer.
Porque existen ojos que miran y no ven. Que vuelven invisibles a tu hermano, el que forma contigo un círculo perfecto.
Existen verdades a medias, mentiras escondidas, que no cesan hasta que son descubiertas y aprietan con tesón.
Velos que se corren, que ocultan cosas. Que no quieren ser ni siquiera presentidos.
Porque existen interiores turbulentos, oscuros y revueltos. A la espera de ser removidos y aireados. Entrar ahí es complicado si no se está seguro de arriesgar, quizás un no regresar.
Pero existen sueños imparables…
Viajar con personas tan increíbles como las que me acompaña a mí, hacen de este corto trayecto una bellísima experiencia.
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