Mujeres guerreras

Hace muchos meses que quería escribir este post, me hace especial ilusión hablar de ellas.

Tengo que decir que desde que he sido madre no tengo demasiado tiempo para escribir, y mucho menos conciliar el momento de la inspiración con llevarlo a cabo justo en ese instante.

En estos meses no hay mucho espacio para los rituales a los que estaba acostumbrada cuando Eimy todavía no estaba en este mundo.

Pero no importa, ya habrá tiempo para eso 🙂 .

Lo que sí he querido es expresar por fin todos estos sentimientos acumulados desde su nacimiento con respecto a la lactancia materna.

Existe un grupo de mujeres que ha dejado una huella imborrable en mí.

Mujeres guerreras que pese a tener las mil y una obligaciones en su vida, han dado todo por entregarlo todo.

Me siento afortunada de contar con ellas, han sido clave para que mi lactancia esté siendo todo un éxito (15 meses y subiendo)

También incluyo aquí a mi hermana Lorena, que ha sido la primera madre que he tenido cerca dándole pecho a un bebé día a noche, a demanda.

Por eso, y agradeciendo infinito todo su apoyo, he decidido hacer esto. Plasmarlo por aquí para que todas ellas lo recuerden siempre y puedan releerlo si sienten un momento de debilidad en sus vidas.

Sobre todo, gracias al grupo de lactancia materna del centro de salud al que acudí se me hizo todo más fácil.

Ha sido duro, sí. Todas nosotras hemos pasado por lo mismo. Pero sois unas personas increíblemente fuertes, con unas terribles ganas de sacar a vuestros hijos e hijas adelante.

Y no sólo eso, sois luchadoras, libres, capaces, trabajadoras, salvajes y sabias.

Sois unas guerreras.

Mujeres Guerreras

Hace ahora más de un año
que llegasteis a mi vida,
la lactancia nos unió
y nos hizo ser amigas.

Recuerdo con una sonrisa
el día que entre en la sala…
con mi niña ya en el mundo,
yo estaba desesperada…

Ni de día ni de noche
aquello no resultaba
¿no podría amamantar?
yo no estaba preparada.

Para tanto dolor junto,
tantos días en la cama,
postrada, con tantos puntos…
y para colmo, la lactancia.

Aquello era todo un mundo
y yo no sabía nada,
el entorno hace dudar,
el caos, la desesperanza…

Con amor y con temor,
con un nudo en la garganta,
tuve que pedir ayuda
pues no me quedaban ganas.

Y entonces os encontré,
como un pozo de agua clara,
de vida y sabiduría,
de fuerza garantizada…

De primor y sin pudores,
de sonrisas encontradas,
de cercanía y derroche,
de ternura y confianza.

De apoyo incondicional,
día y noche por el WhatsApp,
yo no sé qué hubiera hecho,
salvo tirar la toalla.

Sin mis mujeres guerreras,
las que protegen su saga,
como leonas rugientes
en sus crías refugiadas.

Esas que son tan valientes
que luchan como una manada,
por un derecho que protegen
siempre a capa y a espada.

Por creer que nuestra leche
es el maná, y se derrama,
cual ritual que obedece
a ser pócima sagrada…

Con orgullo y sin reproches
y aunque sea de madrugada,
tan humanas y feroces,
tan sensibles y cercanas…

Tantas dudas, tanto sueño,
mil cositas complicadas,
por mi tribu, por mi piña,
me he sentido acompañada,

Mujeres y madres jóvenes,
que actúan como legión
y que han entrado en mi vida,
tocándome el corazón.

Nunca olvidaré vuestro apoyo, gracias por todo lo que me habéis entregado y me entregáis y gracias también  por vuestra amistad sincera e incondicional. Siempre os tengo presentes.

Hermanas, madres, compañeras, amigas, mujeres guerreras.