Quería compartir contigo algunos versos de un poeta madrileño, Jorge Riechmann, que pertenecen a una obra curiosa: Amarte sin regreso. Como autor, se le ha vinculado al grupo de poetas de la «poesía de la conciencia».
Este pequeño libro ha caído en mis manos por casualidad, le he conocido hace unos días y quería deleitarte con algunos de sus poemas de amor sin límites. Algunos son bastante cortos, pero creo que merece mucho la pena compartirlos contigo.
Dice el autor en su introducción, que amar es una aventura de totalidad, que no se sale indemne de ella. Y también recurre a las palabras de Emilio Pedro Gómez, «Yo ya sé que de amarte nunca se regresa», para invitarnos a adentrarnos en su conjunto de poemas.
Es una poesía dura, intensa y que juega trágicamente con los conceptos del amor verdadero, la vida y la muerte. Estos versos según el poeta, nacieron hacia su mujer, que sufría una terrible enfermedad de médula ósea que la tuvo postrada en un hospital durante mucho tiempo.
Por eso, y otras muchas cosas, me han parecido tan especiales…
Otro comienzo más
Hoy
un día de febrero
aterido de lumbre hasta los codos
has escapado
otra vez
al manto de ceniza
al restregón del cáncer
dispones
disponemos
de un día más
una semana más un año
un día
pero no te equivoques: no se trata
de un último día
nunca te dejes tutear por un tumor
este día ganado es el primero.
Febrero interminable (2)
La piel persiste intacta; mas bajo ella
el tajo es muy profundo.
¿Qué ojos, dedos, labios
escrutarán ese abismo de qué cuerpo?
Alianza (4)
Luego en el filo de la sombra
bailas
iluminada por blanca lentitud, bellísima,
tajantemente viva, sabiendo en todos los poros
y en todas las arrugas del placer
que es bien cierta la muerte, más sólo empieza mañana.
Elogio de la durmiente
Yacer despierto a tu lado
en el profundo cobijo de tu sueño
Boca abajo, respiras
una canción de la tierra
que no recordarás al despertar.
Acompaso mi ser a esa canción.
Elogio del estar
Dulce es morir a veces dentro de tu cuerpo,
dulce resucitar en tu mirada.
Dulce el crujir de la luz que abre las horas,
dulce la espera, dulces los estambres
que reparte tu mano tibiamente. Apenas
hace falta decirlo. Quizás sólo
depositar las palabras en el quicio
de una ventana, donde las encuentres.
En definitiva: muy rico soy de ti,
hay música en el aire y en la cama,
todo valió la pena.
Los primeros poemas de amor
(2-1979)
He regresado a casa llevándote en los labios
asediado en mi gozo por tus dedos de nata
He regresado a casa con tu calma en los brazos
atropellándome algo en las lindes del pecho
Herido por la lluvia he regresado a casa
he perdido mi sangre y he ganado la tuya
He regresado a casa con acrobacia fácil
atónito del largo azar de tu caricia
He regresado a casa con tu cuerpo en los dedos
me he cortado los brazos y tu cuerpo persiste
afirmando en el tacto su trabazón de dicha
Qué dulce riesgo ser ladrón de tu cintura
He regresado a casa en este país cálcico
donde en los huesos crecen delgadas llamas negras
He regresado a casa y me echado en la cama
con un alba asesina que me roba los párpados
He regresado a casa sin regresar ausente
y hasta el oxígeno dice la magia de tu risa
He regresado a casa desnudo por el aire
Es más frágil el pecho que el hálito que alberga
He nacido esta noche del collar de tu abrazo.
Todo el mundo solamente en tu piel
(1)
Está aquí. Arráncate
la piel para asomarte
al río más profundo.
Hermosa, hermosa, hermosa, engalanda
solamente con su fugacidad.
Toda la luz del mundo
excava esta caricia,
revienta en este fruto.
(2)
Pero mis ojos engendran
en tu piel. Mis ojos escriben semillas
sobre la luz de tu cuerpo.
En este mundo hay demasiada muerte
para que durmamos
en lechos distintos.
Mirarte es un retorno interminable.
(3)
Todas las noches del tiempo han trabajado
para crear el fruto iridiscente,
la terca drupa humana con sus manos
pequeñas para amar.
Viene la noche de total vigilia.
De la verdad solamente sé
a través de tu risa.
Toco el mundo solamente en tu piel.
(4)
Ven. Acércate hasta que tus fértiles pestañas
me rocen la mejilla. Entra despacio
con la lengua en mi boca, dame
de beber tu saliva, aplácame
la explosión de los labios con los dedos.
Ven. Tú estás hecha para mis ojos y mis manos,
igual que yo estoy hecho
para el vértigo de tus manos y tus ojos.
Amor, que sinsentido hablar de la verdad
lejos de tu piel o fuera de tu aliento.
(5)
Me dijeron ayer:
«Imagina los gusanos anidado en su cuerpo».
Imagino las raíces abrevando en su sangre.
No se aplica el amor a corroer el tiempo
sino a crear el mundo.
(6)
Un torrente de tiempo o un remanso
debajo de la piel.
Angustia parsimoniosamente respirando
entre cuatro paredes.
Al besarte, entreabierto, siempre
un fulgurante panal de intimidad.
Y la oscura herida fascinante
de tu sangre menstrual
rememora la promesa de las estaciones.
(9)
Una vinculación. Amo los cuerpos
donde el sudor y el tiempo echan raíces,
la oscura explosión carnal del compasivo,
el doloroso golpe en los riñones
de la fraternidad. Te amo
vinculada, apegada a tu sangre,
solidaria en los fuertes tendones de tu cuello,
vertical en la tierra como un árbol
cuyo peso fuese ya meditación.
Amo los cuerpos
donde el sudor y el tiempo echan raíces.
(12)
Solamente por ti
he tropezado mil veces con hogueras
duras como el cristal de la memoria,
me he enredado en ovillos que eran selvas sañudas,
he robado su infancia a los imanes.
He luchado con mirlos por un grano.
He remontado fluviales corazones.
Por ti he dudado del sol y de mi historia,
he olvidado quién no soy,
he crecido más alto que mi sombra,
he tallado bondad sin consecuencias.
Por ti que vales mucho más que yo
y que no vale siquiera
una hoja de olivo.
(13)
Durante años severos
cada primavera y cada otoño
añadían un anillo a su mudez.
Pero por fin
ha comenzado a hablar.
Se ofrece descortezada,
temblorosa, insegura, rebosante,
tan bellamente incierta en el verbo herido.
Ya no hay savia más dulce que su boca
y en la punta de la lengua
le bailan estrellas y pájaros
y otras cosas peores.
(14)
Ahora es hace mucho.
Jugamos a inventar
la senda más precaria ante la lluvia.
Te has parado un momento.
Hojas lanceolada
y largos tallos, hilos verdes que cosen
la sangre a un sueño de estrellas
mojadas, infantiles,
leves alfabetos dispuestos por el viento
sobre el capó blanco de un coche.
Qué hermoso, dices.
(Y la palabra se anonada
ante la belleza que tus palabras conjuran.)
Y se abre la noche, el asombroso nido,
aquella noche antigua o la inmensa noche actual.
Tres veces despertar
(1)
Por las mañanas, recién despierto,
cuando ya una luz pálida de no haber desayunado
aventura su inmensa curiosidad en la alcoba
y tú eres aún sobre todo
ovillo de calor, desnudo imán de sueños,
me permito
un minuto para adorarte.
(2)
A veces, al despertar a tu lado
estoy seguro de que ciertos «buenos días»
podrían curar el cáncer, la ceguera y la lepra.
Y deseo entonces desesperadamente
ser también yo capaz de saludar así
a lo recién creado.
(3)
Entreabre el alba ventanas en la piel.
Yazgo junto a ti. Sé que no conseguiré recordar lo que hemos solado esta noche. No hay calor comparable al de un cuerpo vivo.
Pero el ojo, el ojo desecándose querría… una niebla carmesí, una lluvia de oro, al menos un avivamiento de la noche… querría poder olvidar los poros de sarcástica nitidez que perforan a todos y cada uno de los seres de este mundo.
El sol arranca de los cuerpos una música sin cobijo. Duermes, pero asediada por la claridad. Yo ya sé que la prueba de este día consistirá en engolfase
en la estremecida vigilia de la realidad.
Elogio de la distancia
Presencia que no es desvelamiento sino opacidad. Pulmón encharcado, corazón sin eco. Un oscuro y mudo abismarse en lo inmediato. Una tensión huraña en las articulaciones interiores de los seres, en la que quedo prendido- atravesado.
Acariciarte, sí. Pero también contemplarte, rememorarte, pensarte, soñarte.
Siempre me gusta invitarte a compartir los poemas de amor que voy publicando. Si éstos te han gustado y te han hecho experimentar sentimientos puros y contradictorios, compártelos para que otros también puedan disfrutar de este momento.
Belos poemas ! Parabéns pelo conteúdo do blog !
Gostaria de convida-lo a
conhecer meu blog de poemas.
Gracias por comentar Robson!