Hace un tiempo cayó en mis manos un antiguo ejemplar de poemas de Cervantes.
La verdad, le dejé arrinconado en un rincón del salón junto a otros tantos libros que deseaba leer algún día.
Lo curioso de la vida es que a veces te lo vuelve a poner delante de una forma u otra porque ése es su momento.
El instante estelar en que dices, ¡anda! pues ahora sí que me apetece leerte…
Hace unos meses tuve la gran fortuna de descubrir una exposición curiosa sobre Miguel de Cervantes.
Se realizó en Alcalá de Henares, en Madrid, y asistí expectante a una mañana improvisada de los más enriquecedora.
Por supuesto allí, brillaba el Quijote, que lo encontrabas en los mil y un idiomas con una aspecto triunfante detrás de las cristaleras.
Pero, ¿qué hay de los valiosísimos poemas de Cervantes? yo creo que por eso volví a recordar este ejemplar, inconscientemente iba buscando su poesía…
Hoy he querido compartir contigo algunos versos de este genio perenne de la literatura que pensaba que:
«La poesía es como una doncella tierna y de poca edad, y en todo extremo hermosa»
Poemas de Cervantes, sus joyas más desconocidas
Sin más preámbulos, pasemos a lo interesante:
Elegía, vv 133-138
Quien goza de quietud siempre en su estado,
y el efecto le acude a la esperanza,
y a lo que quiere nada le es trocado,
argúyese que poca confianza
se puede tener dél, que goce y vea
con claros ojos bienaventuranza.
Quijote de 1605, Capítulo 43
No alcanzan perezosos
honrados triunfos, ni victoria alguna,
ni pueden ser dichosos
los que, no contrastando a la fortuna,
entregan, desvalidos,
al ocio blando todos los sentidos.
«Egloga» del libro III fol. 157
El fruto que fue sembrado
por mi trabajo continuo,
a dulce sazón llegado,
fue con próspero destino
en mi poder entregado.
Y apenas pude llegar
a términos tan sin par,
cuando vine a conocer
la ocasión de tal placer
ser para mí de pesar.
«Egloga» del libro III fol. 159
Mostróseme a la vista
un rico albergue de mil bienes lleno;
triunfé de su conquista,
y cuando más sereno
se me mostraba el hado,
vilo en oscuridad negra cambiado.
A la larga, Cervantes concibe una Belleza fuera del alcance de lo sensible, pues el Poema aunque busca la perfección formal no puede ser absolutamente perfecto. Así queda manifestado en estos versos:
La Galatea
… la belleza de quien hablo no se puede
gozar perfecta y enteramente… porque no
está en mano del hombre gozar cumplidamente
cosa que está fuera dél y no sea toda suya…Libro IV
Espero que estos pequeños poemas de Cervantes te hayan gustado, ha sido un placer poder compartirlos contigo, si quieres tu puedes hacer lo mismo por tus redes sociales 😉 .
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