Poesía – Besos y Versos (II)

Llega el momento de compartir de nuevo contigo algunos de los poemas que he ido escribiendo a lo largo de mi vida.

Si llegas aquí por primera vez, te invito a que antes leas La Primera Parte de Besos y Versos (I)

En esta segunda, sigo acompañándote en tu viaje para que puedas vivir momentos diferentes.

Para que puedas sentir lo que yo siento por las letras, para poder transmitirte a través de mi poesía una nueva pasión renovada por el mundo que te rodea.

A veces cuesta mucho «sacar de nosotros» eso que nos ahoga.

Esa palabra exacta que tanto duele si no es dicha o escrita.

Esa inspiración que va y viene desbocada de pies a garganta….

Otras, en cambio, no se puede dejar de escribir….

 Preámbulos

«…Prefiero quedarme en blanco, en lo que a inspiración se refiere,
que ser bombardeada por ingeniosos duendes y sacudidas de pecho, que envenenan mis manos.

Éstas, son la frontera entre mi alma, y mi cuerpo,

y regalan magia al papel, resucitan al lienzo y darán
tristeza a la futuras melodías….”

Más que amor

Quisiera leer de tus pupilas
la inquieta luz del fondo de tus ojos,
que al mirarme eternamente me produce,
ese amor que aún hoy perdura entre nosotros.

Si pudiera yo esconderme en tus entrañas,
y besarte tiernamente entre mis lloros,
lloraría hasta mezclarme con tu alma
y sonreiría sumergiéndome en tu fondo…

«Si alguna vez sientes entre tus labios un aliento abrasador,
que sepas, que aunque invisible, al lado tuyo respiro yo».

Fugaz

Desata el viento mi alma entera,
y flota en el aire con lentitud.
Miro el destello, que por vez primera,
me revela algo de mi juventud.

Perdida en la Muerte

Es presión en las entrañas
como un brutal suspiro que no crece,
agonizante grito en mis adentros,
es oscura y descontenta, desvanece.

Tenerla ya es razón para sentirla,
andando vagamente y sonriendo,
me empuja sin pensar hacia su infierno
pues mi mente desconcierta y selecciona.

Subestima con valor mis sentimientos,
pues quererlo es suficiente para abrirlos,
envejece entre mis llantos y lamentos,
pues yo observo donde nace, para herirla.