Estos versos los escribí con 13 años.
Cuando se pierde a alguien por primera vez, el sentimiento que queda es algo devastador.
Para una persona como yo además, la idea de la muerte, era algo sobre lo que sólo había escrito. Nunca había perdido a nadie y me inspiraba únicamente en lo que sentía del mundo exterior o leía.
Y en este caso, cuando me dejó mi abuela, se materializó ante mí en forma de poesía a las pocas horas de ser enterrada.
Aún recuerdo aquel papel en blanco y mis primeros pensamientos: «no te marches aún de mi lado, sin volver a respirarte».
Su olor, a eucalipto y a desodorante tulipán negro… Aún puedo olfatearla de vez en cuando.
No apartes de mí tu mirada. Déjame que te vea.
Otro recuerdo clavado en el alma,
otro espíritu más hacia el blanco pasillo…
La tétrica luz de una llama muerta,
titubea en si alumbrar, o dar vacío.
Otro dolor encerrado,
que por respirar, se cree «ser vivo».
Envueltas gentes en sus lloros lentos
en toquillas negras, sin hacer ruido.
Lánguidas lágrimas blancas,
gritan al son del castigo,
una tras otra llamaban,
a llorar por el perdido…
Gimen las horas entorno,
un corazón encogido,
lloré yo y sintió mi sombra,
por aquel ser tan querido.
La poesía es una forma extraordinaria de dar sentido a nuestro dolor y a nuestros pensamientos.
Comparte estas palabras con alguien que creas que pueda necesitar oírlas.
yo tengo una poesia que escribi cuando fallecio mi bebe
Para una experiencia tan terrible es un gran desahogo hacer poesía, nos ayuda a canalizar sentimientos y expresar lo que no podemos de otra manera….
Un abrazo enorme Emilia 🙂 . Gracias por comentar por aquí!