Vivimos sumidos en una constante pregunta: qué pasará mañana. Nos desesperamos por controlar toda nuestra vida hasta el mínimo detalle.
Las preocupaciones se agolpan en nuestras cabezas como si fueran trastos amontonados en el fondo de un armario.
Buscamos el equilibrio en un exterior casi siempre caótico y no dejamos salir el aire si no es para dar paso a un suspiro. O a un disgusto en forma de queja.
En esta ininterrumpida corriente de sucesos que es la vida, algunos bucean y salen a la superficie millones de veces, intentando explicarse cómo llegará la próxima ola.
O peor, intentando controlar su cauce.
Si no lucháramos contra él, conseguiríamos vivir fluyendo sin sentirnos náufragos en cualquier parte.
La vida es como un libro que está por leer.
Un libro ligero de llevar en el bolsillo.
O un gran tomo con infinitas páginas aún por descubrir.
Cada uno lo percibirá a su manera pero todos tenemos que adentrarnos sin prejuicios en él. Con la mente limpia y dispuesta a comprender.
Con unas manos y una punta de los dedos nuevas, con un tacto atento que al pasar cada hoja nos sacuda el cuerpo. Que nos permita sólo sentir mientras vamos respirando…
Debemos leerle despacio, saboreando el texto y sintiendo cada palabra como nuestra.
Todos tenemos la capacidad de sorprendernos, de disfrutar volviendo a ser niños o por el contrario, decidir sufrir en cada capítulo de nuestra vida.
Dentro de cada historia hay otra historia, y otra más adentro. Vive la tuya lo más intensamente que puedas y aléjate del pensamiento de querer controlarlo todo. Porque la vida lleva su propio curso…
Sin embargo, cada letra puede ser escrita por ti, salir de tu interior y quedarse contigo si te dejas llevar por la sabia corriente. Todo lo que necesitas ya está contigo…
Cada instante forma parte de esa gran obra que es tu vida. Todos estamos aquí para aprender a leerla y para pasar cada página sin temor a saber cómo acabará nuestra historia.
Debemos seguir leyendo…
Acerca de Sonia Molinero Martín
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