Mi nula organización para escribir

Espero que el título de este post te haya chocado, como mínimo. Si te ha hecho sonreír quizá seas uno de los míos, uno de esos escritores o escritoras que siempre han intentado, una y otra vez, revocar su naturaleza desordenada contra viento y marea, esperando el momento en el que ocurra el milagro. Ese que nos hará, como si eso fuera posible, ser mucho más minuciosos y sobre todo, más organizados en el arte de la escritura…

He de reconocerte que yo no lo soy, no lo he sido nunca y sé, desde lo más profundo de mi alma, que no lo seré jamás. ¿Lo he deseado? Mucho. Pero ya no lo anhelo, he dejado de luchar contra ello, contra esas olas monstruosas que siempre han hecho zozobrar mi barco cuando la tormenta estaba en su punto más álgido. Esas que casi me han hecho volcar y darme por vencida, pensado, oh Dios mío, jamás vas a poder escribir ni publicar nada, esto no hay por donde cogerlo… Llegué a pensar, que ese desorden iba a acabar conmigo… Esas olas cesaron, dejaron de azotarme y me arrojaron por fin, a una orilla desde la que ahora tecleo todas estas cosas.

En cambio, sí que me he encontrado en situaciones en las que he necesitado orden a mi alrededor, en las que giraba la cabeza como un búho en busca de un rincón más despejado donde sentarme a escribir, un área virgen, donde poder dejarme llevar. Eso sí que lo necesito. Pero en cuanto a papeles o archivos, a letras desbocadas, a notas improvisadas, en post it, recortes e incluso, en servilletas de papel, jamás lo he necesitado. Siempre soy capaz de respirar tranquila y encontrarme más cómoda en mi mundo de versiones y apuntes , aunque sé que para otros puede parecer confuso escribir así. Y te puedo asegurar que cuando he llegado a conseguir esa organización ficticia que no me sale sola, la seguridad y la claridad se han esfumado de mi vida, para dar paso a otra, que no es la mía. En esa yo no encajo y por lo tanto, es absurdo querer mantenerla porque es lo aconsejable o lo normal para alguien que escribe.

Como concepto me seduce mucho, en serio, me parecen muy interesantes todas las formas que he conocido para la organización de las notas, de los apuntes y de los textos que van naciendo. Pero para escribir, verdaderamente escribir con el corazón en la mano, no necesito nada, ni orden, ni concierto, ni esquemas, ni guiones, ni nada de nada. Tan solo dejar de luchar contra mi naturaleza vivaz y caótica y ponerme a bailar con las palabras.

Escuchar esa melodía sin artificios es para lo que he nacido, y no necesito organizarme para poder hacerlo con fluidez.

Así que, bendita sea mi poca o nula organización a la hora de escribir. Ya sabes, no estás solo compañero, no estás sola, compañera, si al igual que me pasa a mi, sois unos escritores desorganizados. No pasa nada, no se acaba el mundo. Si es como sientes que debe ser, que así sea… Esto no tiene nada que ver con que seas o no capaz de escribir un libro o lo que desees, que nadie te confunda.

Y para despedirme de ti, y si te apetece ver y leer más contenido como este pero sobre todo, si crees que puede serte útil, regálame un me gusta y suscríbete al canal para apoyarme. Subiendo al tren de la musa, te mantendrás inspirado…